Zona Arqueológica Monumental Las Aldas

Zona Arqueológica Monumental Las Aldas
La Zona Arqueológica Monumental Las Aldas, está ubicado en colindancia con el litoral marino, en la parte Norte de la Caleta de Pescadores La Gramita, en el distrito y provincia de Casma, a unos 26 km al suroeste de la ciudad de Casma, en una zona desértica, entre los kilómetros 330 y 331 de la Panamericana Norte, cubriendo una extensión de aproximadamente 124.50 has.Las Aldas fue un centro urbano de carácter administrativo ceremonial, aún no existe una fecha fehaciente de los inicios o finales de la ocupación humana en dicho yacimiento prehispánico; sin embargo, algunos investigadores (como la Dra. Rosa Fung 1969; 2004) aseveran que su ocupación abarca desde el Arcaico Tardío (2,500 a. C.), otra con cerámica Inicial (Formativo Temprano) y finalmente, una ocupación contemporánea al esplendor de Chavín (1000 a. C.). La Zona Arqueológica Monumental Las Aldas está comprendido por catorce sectores, resaltando la edificación que corresponde al templo principal con plazas rectangulares sucesivas, una de ellas contiene a una gran plaza circular. Así mismo se han identificado sectores habitacionales, caminos ceremoniales, campamentos de pescadores, áreas de consumo alimenticio y grandes canteras de acopio de material constructivo.Los estudios establecen que en este lugar se realizaron actividades cultistas (rituales, ceremonias, entre otros) y la observación de los astros. El modo de vida fue sustancialmente basado en el consumo y comercialización de productos marinos.El descubridor e iniciador de los trabajos fue el arqueólogo suizo Fréderic André Engel, quien con apoyo de los investigadores Edward Lanning y Bernandino Ojeda, logró presentar los primeros planos de lo que denominaban el “Complejo de Aldas”. A su vez, se planteó una secuencia ocupacional que abarca sus periodos “precerámico - cerámica I - Chavín”, el cual fue sustentado luego de realizar un corte estratigráfico (Engel 1987). Posteriormente, presenta una serie de intervenciones arqueológicas a fines del siglo pasado (Engel 1956 y 1957; Matsuzawa 1978 y 1969; Fung 1969; Grieder 1975; Pozorski 1987); las cuales muchas de estas, si bien concluyeron en publicaciones, aún “se tiene un panorama bibliográfico incompleto y hasta el momento inédito” (Kaulicke 2010).