Plaza De Armas De Pampas

Plaza De Armas De Pampas
El amplio rectángulo de nuestra Plaza de Armas de Pampas, ha ido adquiriendo la singular perspectiva que hoy tiene, a través de una metamorfosis urbana que ha tomado decenios y gracias al trabajo perseverante de nuestros alcaldes. Hay referencias de que allá por 1910, era un simple pampón, lleno de gramalote y poblado de árboles, entre, los que destacaba uno, muy alto y frondoso, ubicado en la bocacalle del actual jirón Grau. Allá por iniciativa de un honorable y generoso ciudadano, se acostumbraba colgar una lámpara de kerosene que iluminaba para perdidos noctámbulos y amigos de la jarana.Pasa el tiempo, y cuando los festejos de la ?Mamacha Purísima se convirtieron en contrapunto de mistes y de cholos, en las tradiciones corridas de toros, nuestra plaza se convertía también en gran ruedo. Entonces, la esquina formando por las calles Lima y Grau, se cerraban con grandes pieles de toro y era entrada de los astados. Por eso, como se recuerda, se llama ; Jara-Punco, (Puerta de Cuero).Los balcones de las casas y del Cabildo se trasformaban en tendidos de sol y sombra, donde se acomodaban las lindas pampinitas y los mozos pretenciosos, muy orondos, mientras la gente del pueblo se las arreglaba en las esquinas. Se dice que por el año de 1935 siendo Alcalde don Mariano Martínez, se pavimento por primera vez el tramo enfrente de la Botica Cruz Roja, Que siempre está de turno, como decía el Sr. Don Hipólito Martínez. El siguiente alcalde es don Godofredo Arce Mavilla, bajo cuya gestión se completan las veredas de concreto, con las bancas que hasta hoy se conservan. Era de ver como, al inaugurarse la obra, los jóvenes y viejos, entre pitadas de humo y coloquios banales, se entregaban a ese DEPORTE pampino, de darse vueltas y vueltas sin objeto aparente, alrededor del parque, cuando tuesta el sol o moja la lluvia, o hiela hasta congelar los huesos; vino otro alcalde y planto hermosos álamos, llegó otro y barrio con ellos. Un tercero puso airosos cipreses. Asumió un nuevo e hizo leña de todo quedando así por muchos años. Lo adornaban algunos farolillos de mortecina luz hasta que se instalaron las luminarias fluorescentes, en 1970.En los trabajos de remodelación integral, debemos recordar los nombres de los señores Cesar E. Monge Sánchez, Mariano Monge Sánchez y Otto Quijada Arrece; y en 1995, Edwin Monge Zumaeta, concluyendo el período edil del Sr. Esmo Cordegana.EL ELOGIONuestra Plaza de Armas podrá ser un dije dentro del conjunto urbano, porque hasta tiene el prestigio de los engastes antiguos. En este amplio cuadrilátero donde antaño hubo capulíes bermejos y fronda de eucalipto, hay una fuente de agua cristalina que suscita recuerdos. Aquí se concentran la grave unción religiosa, el nerviosismo de las transacciones, el bullicio melódico de las retretas, y aquí se alzan las tribunas de ocasionales y fogosos oradores. La fachada de la Iglesia Matriz de San Pedro, destaca dentro del marco general, escondiendo la nobleza de su recinto bajo una capa de pintura gris. Por las noches, el Cine Municipal irradia la fatuidad de sus luces sobre la pista reverberante, haciendo olvidar el rostro misterioso de in cielo constelado de estrellas.Plaza de remembranza, donde crepitan las fogatas de la fiesta de Enero, cuando los busca piques y los juegos artificiales escriben signos cabalísticos sobre el pizarrón de la noche; patíbulo de Judas Iscariote en la madrugada de Pascua y Resurrección, con fragancia de ponche y sabor de pólvora negra y resonancia de testamentos llenos de pampinos picardía y de popular carcajada. Plaza donde se escuchaba el repentino pugilato de los huateralas, cuando las pastillas de entonces arrebataban el sombrero del algún incauto y al grito de: huaterala le obligaban a danzar grotescamente para recuperar la prenda. Plaza, en fin, de cuitas amorosas al caer la tarde; de estruendosos bandos municipales, hoy, no sólo eres un gran recuerdo, sino, sobre todo, el recinto de las grandes jornadas cívicas, dond