Paraje De Huntaynio De San Juan De Jarpa

Paraje De Huntaynio De San Juan De Jarpa
El paraje de Huntaynio está situado en la margen izquierda del rio cunas en la región natural Suni o Jalca (Pulgar Vidal), a 3723 m.s.n.m.; con clima frígido y seco, y precipitaciones estacionales, especialmente en verano, con una temperatura media anual que varía entre los 7 y 11°c. aproximadamente, tiene una extensión de tres mil metros cuadrados. Cuenta con espacios que motivan su visita, al ingresar, desde la plaza principal, por la calle Cementerio, se observa el bosque de eucaliptos ofreciendo una agradable vista y donde empieza a respirarse un ambiente cada vez más puro, con aroma a naturaleza, rodeado por tierras de cultivo de papa, olluco y cereales, además de encontrar diversos árboles como aliso, quinual, y arbustos entre ellos el arrayan, diversas plantas como la achicoria, canchalagua, mora, llantén, matico; su fauna compuesto por mamíferos como murciélagos, vizcacha, zorro andino y gato andino. Hacia el lado izquierdo del paraje, se puede recorrer las orillas del rio Cunas, que atraviesa el distrito de sur a norte, rodeado de áreas verdes, ideal para la toma de fotografías, hacer caminata, camping y realizar pesca de truchas. Así mismo, se encuentra un antiguo molino de piedra hidráulico que fue construido entre los años 1935 a 1940, el cual funcionaba con las aguas del rio en mención, por aquellos años hasta dicho molino, arribaban pobladores de las diferentes comunidades del alto cunas para hacer moler granos como habas, cebada, trigo y otros cereales, para obtener harina y machica (cereal tostado y molido que se utilizaba como alimento para el desayuno). Siguiendo el camino por el paraje, al lado derecho, se observa los abrigos rocosos de Huntaynio, que dan evidencia que fueron utilizados por los antiguos pobladores de la época pre inca, para protegerse del clima frígido, utilizándolo el lugar incluso para preparar y almacenar sus alimentos. Estos abrigos rocosos son importantes arqueológicamente, debido a que nos muestra el refugio natural que tuvieron los antiguos pobladores, al estar protegidos mediante una amplia cornisa, considerando que buscaban refugios ventilados y de fácil acceso, usándolos de manera permanente para habitarlas, por periodos prolongados o como necrópolis (lugar donde se encuentran enterrados restos humanos pertenecientes a culturas o poblados anteriores a la era cristiana), también de manera ocasional, como campamentos estacionales o como lugares de parada en las jornadas de caza, dejando tras ellos restos de comida, utensilios y objetos arqueológicos de índole artístico.