Agencia de viajes y turismo ubicado en Ayacucho Perú con 5 años en el mercado. Ofrecemos paquetes turísticos nacionales, venta de tours compartidos, tours privados, pasajes aéreos.
Leyenda De Los Culebrones De Urpay
Una de las leyendas más extendidas del distrito usualmente contada en Urpay de abuelos a nietos. Narra que hace mucho tiempo en la provincia de Pataz, distrito de Urpay, existían monstruos que salían de la tierra y se comían al ganado que pastaba en los campos. Estos seres terroríficos tenían la apariencia de una serpiente gigante: de contextura gruesa y de una longitud que podían alcanzar los sesenta metros. Cuentan los ancianos con asombro, que estos culebrones como ellos los llamaban, tenían cerdas gruesas que salían de sus escamas y su cabeza se parecía a la del caballo, pero cornudo. Se dice que, en una ocasión, una pequeña pastora de ovejas con su rueca en la mano, hilaba bajo la sombra de un tronco de molle; sus ovejas comían por los alrededores y sólo un corderito (el más pequeño de todos) dormía tranquilamente en su regazo.De un momento a otro el corderito empezó a balar y a balar como asustado. La pequeña pastora estaba tan concentrada en su huso y en su rueca que no le tomó la debida importancia al hecho. Pero el corderito hacía tanta bulla que la pastora perdió la paciencia y lo tiró de su regazo, cuando levantó la mirada y vio la terrible cabeza del culebrón con las fauces abiertas, con la intención de devorar a su corderito. La pastora se quedó paralizada. Miró de reojo alrededor y se dio cuenta de que estaba atrapada, ya que el culebrón se había enroscado en el tronco de un molle y había hecho un círculo alrededor de ella y el corderito con el resto de su cuerpo, impidiéndoles huir. La pastora impulsada por el miedo se jugó el todo por el todo y dio un gran salto sobre el cuerpo de la bestia y al llegar al otro lado, corrió a toda prisa, sin mirar atrás dejando a sus ovejas y a sus herramientas de hilar. De esta forma la pastora se pudo salvar, pero su corderito no corrió igual suerte y fue devorado.La pequeña pastora al llegar a casa contó llorando lo que había sucedido a sus padres, quienes preocupados por el rebaño y el peligro que representaba este animal para el pueblo, buscaron el apoyo de los vecinos y juntos fueron con machetes y palos al lugar donde la pastorcita había visto a la bestia por última vez. Lamentablemente no la encontraron, sólo hallaron un enorme hueco en la tierra por donde supuestamente se había ido. Intempestivamente y para desgracia de sus padres, la niña falleció tres días después. Se dice que, la bestia, les chupa la sangre a sus víctimas sin necesidad de tener contacto con ellas. Éstas suelen morir como absorbidas, pálidas, con casi nada de sangre en el rostro.Se dice que no hace mucho una tormenta de rayos cayó del cielo e impactó directamente sobre ellos, algunos se escaparon por los ríos pequeños que van hacia el Marañón, y de ahí nadie sabe a dónde se fueron. Quizás vivan ahora en el mar o permanezcan ocultos todavía en la profundidad de aquel río.