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Leyenda De Las Brujas De Cachiche
Las primeras brujas en nuestro país fueron mujeres europeas que, utilizando sus conocimientos de la alquimia, de recetas mágicas y de hechizos, se dedicaron a las prácticas maléficas. Es por ello que, muchas de ellas para evitar la persecución y tortura de la santa inquisición huyeron y se refugiaron en Cachiche para continuar sus prácticas de magia negra.En Ica hubo muchas personas a quienes se les llamó las brujas de Cachiche, en primer lugar, tenemos a Doña Manonga llamada “la lechuza”, Doña Dominga conocida como “Ña Minguita”, Doña Melchorita conocida como “La Negra”, Doña Irene conocida como “La Curuja” entre otras. Aquí se reunían todas las brujas de Ica y sus distritos como salas Guadalupe, San Juan Bautista, Pachacútec, Santiago, Ocucaje y Los Molinos. Las reuniones eran en la que actualmente se encuentra levantado el monumento de la bruja de Cachiche; conocida a nivel nacional e internacional como la “Doctora Corazón” era muy conocida por sus famosos amarres y brujerías, ella practicaba la brujería blanca y la brujería negra.Dentro de los trabajos más solicitados estaban la invocación a lucifer con ritos y conjuros tan macabros para lograr el cariño de una doncella, por medio de un filtro amoroso, un amuleto o un polvo mágico, para ello se sometían a las peticiones que hacía la hechicera que era entregar el alma del peticionario al diablo en cien años (sin darse cuenta de que unos de los años del diablo, equivale a una de nuestras horas, es decir que solo iba a gozar cien horas y después, todo él, se iba al infierno).Muchas de las brujas alimentaban sus poderes ocultos con las fuerzas de los espíritus de antepasados o demonios, quienes utilizaban la magia negra para dañar a la persona que le indicaban. Estas brujas eran buscadas por personas sin escrúpulos.Algunas de ellas elaboraban menjunjes para convertirse en animales (gato, perro, chancho o pavo). Por otra parte, existió otro grupo de brujas que más que brujas eran curanderas que vivían en el centro del pueblo de Cachiche y se les veía barrer el patio de sus casas por las mañanas, estas mujeres poseían el conocimiento para curar ciertas enfermedades, recomendaban tomar mucha agua de hierbaluisa para de evitar los males estomacales. Hoy se sabe que toda persona que constantemente lo consume evita padecer cáncer al estómago.Las rezadoras curaban el mal de ojo, influencia maléfica, que según se cree la ejerce una persona sobre otra, mirándola intensa y penetrantemente a los ojos, causándole consiente o involuntariamente dolencias físicas, náuseas, dolores de cabeza y diarreas; a fin de contrarrestar este mal debían ponerle un listón rojo.El rezador comenzaba persignado al ojeado, luego hacía cruces en el aire a la vez que rezaban el Padre Nuestro, el Ave María y el Credo, una vez terminado los rezos el paciente sanaba como si fuera un milagro divino.El llamador cuando una persona se asustaba y su alma salía de su cuerpo, él iba a las huacas y la “llamaba” a fin de que volviera al cuerpo del que invocaba.Se dice que Don Fernando León de Vivero visitó el lugar de Cachiche, quien fue un aprista que ocupó cinco veces la presidencia de la Cámara de Diputados de Ica, por lo que se le conoce como el "Patriarca Iqueño".Don Francisco León de Vivero, a los 14-15 años, era un joven que hablaba de forma entrecortada, llegó a manos de la bruja quien lo curó y, además, le auguró que va a convertirse en un gran profesional. Al fallecer la bruja Julia Nazaria Hernández Pecho Viuda de Díaz, a los 101 años debido a un paro cardiaco, Don Fernando León de Vivero, mandó a construir un monumento en honor a la bruja que le devolvió el habla. Este monumento está compuesto por un búho que significa inteligencia, sabiduría, brujería blanca y una calavera que significa maldad, hechicería, brujería negra, sus brazos están en forma de “V” que significa victoria y veneración.