Complejo Arqueológico De Churajón

Complejo Arqueológico De Churajón
Las ruinas de Churajon, protegidas por el Ministerio de Cultura, revelan un fascinante complejo arqueológico descubierto gracias al incansable trabajo del Monseñor Leónidas Bernedo Málaga. Este sitio, situado al pie del cerro Choquellampa, ofrece una visión asombrosa de un gran centro urbano, con vestigios de un centro administrativo, tumbas o chullpas, y una impresionante andenería. Descubierto en 1931, este complejo presenta una intrincada red de paredes, habitaciones, patios y plazas, construidas con piedras sin labrar y barro.La cultura Churajón, con raíces en los pueblos Aymaras alrededor del lago Titicaca, se estableció entre los valles del río Chili y Tambo entre los años 600 y 1400 dne. Desarrollaron un estilo propio de cerámica y construyeron caminos, canales, reservorios y andenería, convirtiéndose en un centro de desarrollo en el sur del antiguo Perú. Sus poblados, mayormente rurales, se ubicaban en la cima de los cerros, con viviendas aglutinadas en calles estrechas y laberínticas.Las ruinas de Churajon, junto con otros sitios de importancia como Pillo en Socabaya y Pueblo Viejo en Chiguata, muestran la grandeza y complejidad de esta civilización. El cerro Choquellampa, cerca de Siete Toldos, se destaca como un centro administrativo y religioso, con estructuras como el "Templo del Sol" y el impresionante Reloj Solar Churajón. Los pobladores modernos aún realizan ritos ancestrales en este lugar.Los entierros en las laderas de los cerros eran comunes para los habitantes de Churajon, con tumbas de diversas formas y tamaños, algunas recubiertas con piedra sin labrar. Las Chullpas, de estilo Tiahuanaco, también servían como tumbas para individuos importantes. Las ceremonias funerarias incluían ofrendas de alimentos y cerámicas utilitarias, así como objetos personales del difunto.La cerámica Churajon, aunque sin un acabado refinado, refleja la utilidad y creatividad de esta cultura. Sus recipientes, en su mayoría globulares, cilíndricos o planos, se decoraban con figuras geométricas y pinturas rojas. La ollas y tostadoras carecían de adornos, siendo ejemplos de esta cerámica exhibidos en el museo de la Municipalidad distrital de Polobaya.