Cementerio General De La Almudena

Cementerio General De La Almudena
El Cementerio General de la Almudena, está ubicado en el distrito de Santiago, en una zona colindante con el antiguo Hospital de los Betlemitas y el Templo de la Almudena del cual lleva su nombre. La historia nos dice que en el año de 1780, el rey Carlos III ordeno la creación de cementerios, en los extramuros de la ciudad, a razón de que en el Cusco se resolviera el grave problema de salubridad que significaba el entierro de las personas en los templos y conventos; sin embargo tuvo que trascurrir más de 60 años para que se logre iniciar con la construcción y ya siendo el Perú independiente el presidente Ramón Castilla dispuso la construcción del Primer Cementerio Público de la ciudad que se inició en el año de 1846, siendo Prefecto el general José Miguel Medina, logrando al fin la bendición el 2 de noviembre de 1950 por ser día de los difuntos; Para la edificación de la parte frontal se usó pedazos del templo y convento de San Agustín, el mismo que fue destruido por orden de Agustín Gamarra; Este monumento reúne tradición y cultura, pues allí descansan los restos mortales de presidentes, intelectuales, científicos, literatos, médicos, abogados, alcaldes, dirigentes políticos y sindicales de todas las tendencias ideológicas y políticas por ejemplo encontramos a: Serapio Calderón, que fue presidente de la República; médicos como Antonio Lorena; matemáticos, como Eusebio Corazao; alcaldes como Daniel Estrada Pérez; dirigentes políticos como Emiliano Huamantica, literatos como Clorinda Matto de Turner. Humberto Vidal Unda y Uriel García; el fotógrafo Martín Chambi; el músico Roberto Ojeda Campana; el artista Mariano Fuentes Lira; los arqueólogos Manuel Chávez Ballón y Luis Barreda Murillo entre otros celebres cusqueños. Al recorrer los pabellones uno puede contemplar muestras de arte en base a fino mármol tallado donde se exponen muestras de arte religioso representados en ángeles, gárgolas, cúpulas, capiteles, cruces y columnas, que muestran la tradición de rendir homenaje a los antepasados fallecidos. En el año de 1992 se realizaron trabajos de reconstrucción y mantenimiento por parte de la Sociedad de Beneficencia Pública del Cusco, en donde además se construyó una Cripta para los Ilustres cusqueños a manera de panteón Romano, a inicios del XXI se remodelo el campo santo convirtiéndolo en un lugar más agradable a la vista de las personas, ampliando de esta manera con la construcción de nuevos pabellones.