Casa De Artesanos Don Bosco

Casa De Artesanos Don Bosco
La exposición-venta se exhibe en una casa con características típicas de fines del siglo XIX, llamado Rancho Arístides Álvarez. Se encuentra ubicado en plena Avenida San Martín con el número 135. Lleva el nombre de primer propietario, quien la construyó en el año 1924, en plena belle epoqué de surgimiento de Barranco, como un distrito social propicio para recibir ingleses, italianos, alemanes y españoles y franceses que dejaron sus nombres estampados en nuestra historia vecinal y cultural. Varios de estos inmigrantes construyeron sus ranchos con estilos propios de su arraigo europeos que subsisten hasta hoy. De influencia neoclásica, es de dos plantas, amplias terrazas con barandales, techos de tejas, y el hall de entrada con columnas que sostienen una de las terrazas. Álvarez era dueño de un terreno ubicado en la antigua avenida Terry. La obra estuvo a cargo del ingeniero Germán E. Pflucker. La licencia de construcción se solicita basándose en los planos con diseño de “finca alta y baja”, con la albañilería de adobe en los bajos y telares de quincha para los altos. Como elementos externos se señalaron cercos de adobe y fierro, los cimientos y las columnas hechas de concreto, hermosas escaleras de mármol, techos con cubiertas de tejas, balaustres con cenefas de madera. Como internos estaban las escaleras y techos de madera, zócalos y pisos entablados, y puertas de madera y vidrio, y rejas de fierro forjado.Esta hermosa casa era conocida como el “Rancho San Martín”. Para poder albergar la muestra, la casa tuvo que ser restaurada. Este proyecto fue realizado por la arquitecta Katia Ampuero y la restauradora Ana Elisa Berenguel, quienes realizaron algunos cambios al inmueble, previa autorización del Ministerio de Cultura. Se habilitó una rampa en la entrada principal; internamente se eliminaron unos arcos que no iban con el estilo de la casa, cambiándolos por marcos cuadrados; se colocaron zanjas de ventilación en el patio para absorber la humedad; la escalera de madera interna fue restaurada por completo y las puertas posteriores tuvieron que adaptarse para ser usadas como salidas de emergencia. El inmueble está compuesto por dos lotes (el de exposición y una vivienda), los cuales fueron unidos por una escalera de fierro en reemplazo de la antigua escalera de madera que se encontraba en mal estado; se colocó un sistema de iluminación en las habitaciones. Tras la restauración, se conservó una pared con enchape y la imagen de Santa Marta ubicada en el patio posterior. Los pisos originales, formados por mosaicos empastados que datan de las primeras décadas del siglo XX, se conservaron en su totalidad. Con respecto a los colores, estos hacen referencia a la piedra y el mármol, y fueron elegidos basándose en investigaciones históricas realizadas. La casa está abierta durante su horario de atención, y la afluencia de turistas (mayormente extranjeros) es constante por su ubicación, belleza, contenido, y total accesibilidad. Igualmente, los vínculos con la congregación salesiana en Italia y toda Europa, así como la promoción y venta a través de su página web y redes sociales, motivan el interés internacional por visitarla.